la cantidad desmedida
de carritos llenos
en el supermercado
nos regala pequeñas
dosis de paranoia;
que el fin del mundo
fué hace una semana,
que los seis grados
de separación podrían
manifestarse en la fila
de la caja 3.
magnolia,
es que no importa.
ya lo hemos hablado antes,
lo imperfecto jamás se autocompadece.
* un paranoico es alguien que sabe qué está ocurriendo ~ william burroughs
la gente viene hacía mí…
NO SE ACERQUEN!!!!!!!!!!!!!!!!
un momento, ese como que se parece a mi… ey usté!!!!
Ja! me gusta el comentario de Carlos!
Se imaginan? el fin de el mundo y yo con dinero en la tarjeta de crédito?! la alacena a medio llenar y la refri! y el fin de el mundo que llega!
Tengo miedo de encontrarme el super y el mall cerrados!
su blog me gusta bastante
con las cosas que escribís, me ocurre que se me quita la necedad de querer «entender», y eso me gusta.
Salú.
jaja gracias esteban.
no hay que entender nada!
🙂
nube triste…
Todos en cierta medida somos parte de esa oda al consumismo, creo que la verdad con plata en la tarjeta de crédito y con el fin del mundo, pues habría que aprovechar, lo malo es que luego resulte una falsa alarma y uno hasta la mxxda con la tarjeta. jajaja